lunes, 12 de noviembre de 2018

Astrobiología: ¿qué estrategias se utilizan en la búsqueda de vida en otros planetas?

Bienvenidos de nuevo a su blog Biología Para Las Masas. En esta entrada analizaremos un tema que hemos dejado pendiente, pero que resulta bastante interesante: las estrategias, técnicas y tecnologías que se utilizan en la búsqueda de vida fuera de la Tierra.

Si bien como comentamos en una entrada anterior, la astrobiología es una ciencia tan nueva que algunos científicos siguen proponiendo la implementación de técnicas nuevas y mejores para realizar la búsqueda de vida extraterrestre (misma que no se ha encontrado aún fuera de la Tierra), como técnicas más acordes a los telescopios e instrumentos más nuevos y aquellos todavía en desarrollo, ya existen algunas formas bien establecidas de dirigir dicha búsqueda.

Hasta este momento, la búsqueda de vida fuera de la Tierra, y del Sistema Solar, ha tenido tres vertientes: la exploración directa, como el envío de sondas y robots a Marte o a lunas y planetas cercanos como Europa, con el fin de detectar señales de vida actual o fósil, colectando muestras y haciendo análisis químicos; y las otras dos vertientes han sido la búsqueda de biofirmas, y de tecnofirmas, dirigiendo los telescopios hacia el espacio exterior.

Image result for curiosity rover

Pero, ¿qué son las biofirmas y las tecnofirmas? Las biofirmas son todas aquellas características químicas que podría presentar un planeta, que pudieran servir de evidencia de la actividad de organismos vivos, como la composición de la atmósfera de otros planetas (una atmósfera rica en Oxígeno y Dióxido de Carbono, por ejemplo, podría indicar rastros de respiración). Estos rastros químicos se miden utilizando una técnica llamada espectrografía, que consiste en analizar cómo un planeta absorbe y emite luz, conociendo cómo ciertos elementos y moléculas químicas hacen lo mismo, para comparar y detectar si de algún modo, el perfil de absorción y emisión coincide con el de alguna molécula en particular.

Así, por ejemplo, si sabemos que el Oxígeno (O2) tiene cierto perfil de absorción-emisión de luz, y se encuentra ese mismo perfil en algún planeta lejano, sabremos que ese planeta cuenta con oxígeno atmosférico.

De este modo, al buscar ciertas sustancias que sabemos que producen los organismos vivos, como las bacterias, las algas, los animales o las plantas, podemos inferir, según en qué cantidades se encuentren, que tal vez en dicho planeta también las estuviera produciendo un organismo vivo. En resumen, las biofirmas son rastros químicos que podrían dejar los organismos vivos en la atmósfera o en la composición de un planeta.

Por su parte, las tecnofirmas son todos aquellos rastros que podríamos encontrar de tecnologías extraterrestres, como megaestructuras artificiales que orbiten algún planeta o estrella, señales de radio o de algún otro tipo, principalmente electromagnéticas, que pudieran ser emitidas por civilizaciones (como nuestras señales de televisión, que actualmente están viajando a través del espacio a la velocidad de la luz), o bien, rastros químicos de sustancias contaminantes que no encontramos de manera natural en la atmósfera de los planetas y que podrían haber sido producidas por civilizaciones avanzadas, o destellos de luces artificiales como los que emiten las ciudades en la noche, visibles desde el espacio.

Image result for earth at night

También se pueden buscar rastros de guerras nucleares, como radiación atómica (rayos gamma) u ondas de calor generadas por armas nucleares, combinados con otros signos, como temperaturas propias de un invierno nuclear. Todos estos métodos los expuso Wright en 2017. (Ver referencias)

(Un exoplaneta, por cierto, es un planeta que se encuentra fuera del sistema solar, orbitando una estrella distinta al Sol.)

Pero, ¿qué clase de sustancias buscan los astrónomos que encuentran exoplanetas posiblemente habitables?

En 2016, Seager y colaboradores elaboraron una lista de sustancias químicas que podrían servir como biofirmas y tecnofirmas de planetas distantes. Entre ellas incluyen moléculas producto de la fotosíntesis y la respiración, como O2, CO2, H2O, CO, gases producto del metabolismo animal, vegetal y bacteriano, como metano, óxido nitroso, cloruro de hidrógeno, hidrocarburos isoprenoides (producidos por árboles), amoniaco, óxidos nítricos, compuestos producidos por algas marinas, como bromometano, y otros de origen esencialmente antropogénico, como los clorofluorocarbonos y otros contaminantes industriales.

Aún con todo ello, el avance de las tecnologías en los últimos años ha sido tan rápido, que los científicos siguen ingeniando nuevas maneras de utilizar telescopios en desarrollo, como el Telescopio Espacial James Webb, para relacionar, por ejemplo, ciertas sustancias químicas (biofirmas), con perfiles climáticos o terrestres propios de áreas donde podría existir vegetación. Así lo proponen, por ejemplo, Schulze-Makuch y Bains (2018).

Aún así, el desarrollo de estrategias, tecnologías, y métodos de búsqueda y análisis, requieren del apoyo de expertos en áreas variadas de la ciencia, como ecólogos, que puedan interpretar perfiles climáticos de otros planetas y asociarlos a áreas llenas de vegetación, o a áreas estériles, de químicos, para interpretar las biofirmas, de físicos, para enviar y tal vez algún día recibir señales de radio de otro planeta, de filósofos y analistas, que puedan alertar de las posibles consecuencias de encontrar una civilización extraterrestre más avanzada que nosotros, de astrónomos capacitados en la búsqueda de planetas, y finalmente, de biólogos que sean capaces de analizar cómo cierta forma de vida pudo surgir y dar origen a ciertas sustancias químicas, o que pueda inferir mejor las condiciones necesarias para el desarrollo de la vida.

Aún es pronto para hablar incluso del descubrimiento de vida, y gran parte de esta investigación también se centra en otros temas cruciales, como el origen de la vida, pero es mejor contar con una disciplina capacitada para resolver estos misterios, y estar preparados, en caso de que la ciencia nos depare resultados inesperados.

Referencias.

Seager, S., Bains, W., & Petkowski, J. J. (2016). Toward a list of molecules as potential biosignature gases for the search for life on exoplanets and applications to terrestrial biochemistry. Astrobiology, 16(6), 465-485.

Wright, J. T. (2017). Exoplanets and SETI. Handbook of Exoplanets, 1-9.


Astrobiología: ¿Qué tan probable es que exista vida fuera del Planeta Tierra?

Bienvenidos de nuevo al blog Biología Para Las Masas. Como haremos que sea nuestra costumbre, en esta entrada continuaremos con el tema en el que nos quedamos, que es la descripción de la ciencia interdisciplinar conocida como Astrobiología.

En la entrada anterior, les comentamos que hasta el momento, salvo por unas bacterias que de algún modo se infiltraron en la Estación Espacial Internacional y lograron sobrevivir, pero que provenían de la Tierra, hasta este momento, hablando con apego a la ciencia, no se ha encontrado evidencia alguna de que exista vida ni simple, ni inteligente, fuera de la Tierra, y por ello la búsqueda continúa, y todavía nadie ha podido llevarse el crédito de haberla encontrado.

Sin embargo, hoy trataremos esta cuestión de un modo más interesante. Consideremos esto: Realmente, ¿qué tan probable es que exista vida fuera de la Tierra? En otras palabras, ¿realmente podríamos encontrar algo si buscamos lo suficiente (y tenemos suerte)? ¿o solamente estamos perdiendo el tiempo y nos encontramos solos en este Universo?

Image result for earth alone

Esas son preguntas interesantes que no han pasado desapercibidas a los científicos. Uno de ellos, el astrónomo Frank Drake, fue más allá, y en 1961 se dedicó a formular una ecuación (conocida como la Ecuación de Drake) para tratar de calcular la probabilidad de que exista vida extraterrestre. Drake en aquel entonces era el presidente del Instituto SETI, del que hablaremos más adelante, un instituto que se dedica a buscar vida inteligente en los confines del espacio.

Ahora bien, antes de ahondar un poco en la lógica que usó Drake, analicemos unos cuántos números y estadísticas que nos pueden dar una idea del tamaño del Universo:

De acuerdo con investigaciones de las últimas décadas (de Carl Sagan, en 1980, y de Cassan, en 2012) es muy probable que la mayoría de las estrellas de nuestra galaxia sean orbitadas por uno o más planetas. Ahora bien, la mayoría de estos planetas son inhóspitos e inhabitables, pero existen dos factores que facilitarían un poco la ocurrencia de vida en ellos: en primer lugar, que se encuentren a una distancia moderada de su estrella, como nosotros lo estamos del Sol, en lo que se conoce como Zona Habitable; en segundo, que su estrella tenga un tamaño y temperatura moderadas, como nuestro Sol. Esto, en apariencia, limita un poco las posibilidades de que existan planetas con la posibilidad de albergar vida, pero los números son más interesantes: tan solo en nuestra Galaxia, la Vía Láctea se calcula que existen alrededor de ¡20,000 millones de planetas en una zona habitable!

¡Eso es bastante!

Image result for galaxies in the universe

Sin embargo, nuestra galaxia no es la única que puede albergar planetas con estas características. Los astrónomos calculan que en el Universo existen entre 200,000 millones y ¡1 billón de galaxias! Si multiplicamos esos números por los miles de millones de planetas que cada una podría albergar, encontramos que, al menos por probabilidad, es factible pensar que al menos en alguno de ellos también haya surgido vida, como en la Tierra.

Sin embargo, la Ecuación de Drake no solo considera eso, sino factores como la cantidad de planetas que tengan ambientes propicios para la vida, la cantidad de dichos planetas que ya presenten vida aun si esta no es inteligente, la fracción de esos planetas en los que aparezca vida inteligente, la cantidad de planetas con civilizaciones capacer de emitir señales detectables de radio o de otro tipo, y la cantidad de tiempo que pasen emitiendo esas señales.

Aún así, puesto que los únicos datos de planetas con vida a los que tenemos acceso, son los de la propia Tierra, eso complica un poco la cantidad de información que podemos obtener de la ecuación, por lo que otro científico, de apellido Rossmo, en 2016, propuso una ecuación alternativa basada en nuestros conocimientos de que ya existe vida al menos en la Tierra.

En fin, es difícil asimilar la cantidad de planetas que se estima que existen en el Universo, y las probabilidades son alentadoras, pero mientras no obtengamos resultados positivos, la búsqueda seguirá, basándose en estrategias muy particulares, de las que hablaremos en la siguiente entrada.



Referencias
Cassan, A. et al. (2012). One or more bound planets per Milky Way star from
microlensing observations. Nature 481, 167–169.

Rossmo, D. K. (2017). Bernoulli, Darwin, and Sagan: the probability of life on other planets. International Journal of Astrobiology, 16(2), 185-189.

Sagan, C. (1980). Cosmos. Random House, New York.

The Drake equation (2015). SETI Institute. http://www.seti.org/drakeequation.


Astrobiología: la ciencia de buscar vida en otros planetas.

Bienvenidos al blog Biología Para Las Masas, un espacio en el que se pretenden divulgar conocimientos interesantes y novedosos sobre las ciencias biológicas de una manera simple, amena y fácilmente comprensible para todos los lectores interesados. En este blog trataremos asuntos relacionados con la biología y las subramas de esta ciencia, intentando dar a conocer los últimos avances y la información más atractiva recientemente publicada, para todos aquellos que desean adentrarse en los misterios de esta ciencia, así como quienes ya la practican o están involucrados con esta disciplina, pero gustan de adquirir más conocimientos, y sobre todo, para quienes deseen entretenerse leyendo sobre estos temas que pueden llegar a ser sumamente interesantes.

Como primera publicación, y a lo largo de varias más, trataremos uno de los temas que han mostrado cierto apogeo en las últimas décadas gracias al trabajo previo de divulgación de científicos como Carl Sagan o Neil Degrasse Tyson: la búsqueda de vida en otros planetas.  A esta empresa científica, se le conoce como astrobiología. Y ciertamente, se trata de una búsqueda que requiere de la participación y conocimientos no sólo de biólogos o astrónomos, sino también de físicos, matemáticos, químicos y filósofos, por citar solo algunos ejemplos.

Pero, pese a tratarse de un tema que ha interesado a la humanidad desde la prehistoria, pues existen registros de cultos antiguos a seres celestiales desde tiempos remotos, el estudio científico de esta disciplina es relativamente reciente (data de la primera mitad del Siglo XX), así como también lo es el uso de métodos estrictos de confirmación de datos, pues actualmente los científicos cuentan con tecnologías capaces de emitir señales de radio, por ejemplo, para intentar hacer "contacto" con posibles civilizaciones alienígenas, o de recibir señales y frecuencias similares para captar alguna señal de vida inteligente que pudiera provenir de algún desconocido rincón del espacio.

Image result for vida en otros planetas

Sin embargo, antes de plantearnos la idea de que puedan existir civilizaciones o incluso vida inteligente en otros planetas, debemos ser bastante moderados en nuestras expectativas, y no ceder ante nuestros impulsos más viscerales por conocer los secretos del universo, ya que de momento, no existen evidencias científicamente válidas, no solo de que existan civilizaciones o formas de vida inteligentes, ¡sino incluso de que exista vida simple proveniente de otro lugar que no sea la Tierra!

Image result for aliens in film

En otras palabras, pese al gran esfuerzo realizado hasta ahora, y pese a que las ideas de vida extraterrestre permean por completo en nuestra cultura (seguramente como lector habrás tenido contacto con alguna u otra representación de vida extraterrestre a través de películas, caricaturas, series, cómics, documentales, o cualquier otra forma de cultura popular que puedas imaginar), la realidad es que ningún ser humano, hasta este momento, puede jactarse de haber encontrado evidencia irrefutable de la existencia de vida inteligente que se haya originado fuera de nuestro planeta, ni distinta estructuralmente o sustancialmente a las formas de vida ya conocidas por los científicos (algunos científicos, el año pasado, descubrieron que algunas bacterias provenientes de la Tierra, de algún modo, lograron sobrevivir a las difíciles condiciones del espacio, y se encontraban adheridas al exterior de la Estación Espacial Internacional de la NASA, que orbita alrededor de la Tierra, pero eso es todo lo que se ha encontrado hasta ahora en cuanto a vida extraterrestre).

Ahora bien, el esfuerzo por encontrar vida fuera de nuestro planeta continúa, y desde hace unas décadas, le compete a un esfuerzo científico y tecnológico interdisciplinar conocido como Astrobiología. Pero, ¿qué es la astrobiología? La NASA define este concepto así:

Astrobiología es el estudio de la vida en el Universo. Proporciona una perspectiva biológica a varias áreas de investigación de NASA, relacionando tal esfuerzo como la búsqueda de planetas habitables, las misiones de la exploración a Marte y Europa, son los esfuerzos para entender el origen de la vida, y de la planificación para el futuro de la vida más allá de la Tierra.

En este sentido, la búsqueda de vida inteligente es un esfuerzo ciertamente atractivo, pero que requiere de tecnologías, estrategias, técnicas, métodos y conocimientos científicos muy demandantes, costosos y complejos. Incluso, esta ciencia es tan nueva, que algunos científicos, como Schulze-Makuch y Bains, en 2018, han planteado la necesidad de implementar estrategias de búsqueda, acordes a los últimos desarrollos tecnológicos, que consideren, por ejemplo, las últimas novedades en telescopios. Sin embargo, eso y otras cosas más las trataremos en la siguiente entrada.




Referencias
NASA (sf) "Astrobiología." El Centro de Investigación AMES. URL: https://www.nasa.gov/centers/ames/spanish/research/exploringtheuniverse/exploringtheuniverse-astrob.html

Schulze-Makuch, Dirk, and William Bains. "Time to consider search strategies for complex life on exoplanets." Nature Astronomy 2.6 (2018): 432.